Del griego ennea, «nueve» y gramma, «signo». El nombre en cuestión designa un diagrama compuesto por un círculo con nueve puntos en su circunferencia, unidos entre sí por un triángulo y un hexágono circunscritos. Antiguo símbolo de unidad y diversidad, cambio y transformación, a través de él se busca por encima de todo el autoconocimiento y la adivinación.