Procede del griego apokryphos, que significa «oculto». Se considera un texto apócrifo un libro escrito por un autor sagrado pero que no ha sido aceptado por la Iglesia en el canon de las Sagradas Escrituras. En su momento, algunos textos, como el Evangelio de María Magdalena o el Evangelio según Tomás, a pesar de su contenido valioso y sagrado, fueron descartados de la recopilación bíblica.