Catherine Bowman fue iniciada en la metafísica por sus padres cuando era muy joven. Estudió Psicología y Educación y ha trabajado para una gran empresa de telecomunicaciones de Canadá. A los 32 años se replanteó la dirección y los objetivos de su vida. Después de una gran búsqueda espiritual y de hacerse con una poderosa experiencia con la Calavera de Cristal de Anna Mitchell Hedge, escogió el camino espiritual que le dio como resultado una nueva y positiva imagen de sí misma.